Una manera bien simple de conocer a las personas es compartiendo una partida de ajedrez, juego que puedes jugar con cualquier persona sin necesidad de conocerla. Un tablero que te permite tener un acercamiento a diferentes individuos en donde la concentración es el elemento fundamental y las expresiones son únicas. Sin duda la cabeza va dando vueltas buscando caminos que permitan tomar la mejor desición en la partida.
Cuando niño no me gustaba mucho, sin embargo ahora cada vez que puedo juego una partida, y si esta es con un desconocido,es más especial.
La primera fue hace un año en una centro de drogodependientes en Barcelona en donde no pudimos terminar la partida ya que cerraban. La segunda hace una semana en el Jardín de Luxemburgo en París en donde Philippe me dio una paliza.
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